martes, 18 de diciembre de 2007

La Fiesta del Cordero

Estos días la gente anda como loca comprando corderos. A cualquier hora del día te puedes cruzar con hombres que llevan su corderito con una cuerda como si fuera un perrito. Y es que el 20 o 21 de diciembre se celebra el Laid, una de las fiestas más importantes de los musulmanes.
De hecho, en estos días cuesta mucho más caro comprar un cordero, porque no hay familia que no sacrifique uno, más o menos como antes con los pavos en Navidad.

Para esta fiesta, se reúnen las familias, y los que viven fuera vienen de visita para compartir el Laid con los suyos. De hecho la ciudad se paraliza, y por lo menos en tres días no hay mercado, los comercios cierran, etc.

El año pasado tuvimos la oportunidad de asistir a la fiesta.
Estábamos en Chaouen pasando el fin de año, y el Laid coincidía con el día 31 de diciembre, porque es una fecha movible, al igual que el ramadán. Pues tenemos un buen amigo que nos invitó a su casa. Se reúnen en un patio trasero de la casa, y allí el padre de familia sacrifica al cordero dándole un tajo en el pescuezo, mirando hacia la Meca y diciendo Bismilá, en el nombre de Alá. Después, cuando se ha desangrado, lo inflan insuflando aire con una bimba (algunos lo hacen directamente con la boca ¡puaj!) y cuando el cordero está inflado como una pelota lo despellejan. Después lo abren en canal y sacan las vísceras, que después nos comimos en amor y compaña (Pepe se lo comió todo, yo sólo fui capaz de mojar pan). Luego el cordero se cuelga abierto y limpio para que la carne se oree un par de días, y después una parte se come y otra se congela para ir comiéndolo en días especiales de fiesta.

Ayer, Pepe acompañó a nuestro amigo Mounji a comprar su cordero y el de su suegro. La foto ilustra la exposición de corderos entre los que están los que compraron. Por supuesto estamos invitados, pero como a Bertita le dan las vacaciones de Navidad, nos vamos el día antes de la matanza. El único problema es que dan temporal para el jueves y el viernes, así que si no podemos coger el barco, nos tendremos que quedar en Tánger y asistir a la fiesta. Pero, por la gloria de mi madre que si esto es así, esta vez me llevo el tuperware con filetes empanados pa la niña y pa mi.

Divorcio marroquí

Hacía tiempo que no escribía, porque la verdad es que me parecía que tampoco me pasaba nada interesante como para contar. Pero lo cierto es que aquí te pasan cosas todos los días, y si bien a mi no me parece nada del otro mundo, la verdad que si puede resultar curioso para vosotros que me leéis.
Hace unos días vino una amiga marroquí a casa a tomar café. Estábamos las dos solas tan tranquilas, sentadas en la cocina con nuestro cafelito, cuando empezó a contarme la historia de su infeliz matrimonio. Después de dos tazas de café (insomnio asegurado), estaba prácticamente al tanto de todas las faenas que le había hecho el marido, del tamaño de la cornamenta, y de la serie de vejaciones que tuvo que soportar por parte de terceros. Una auténtica pena. Total, que después de tres años separada, sin que haya arreglado su situación y por supuesto, sin recibir un duro en manutención ni para ayudar en la crianza de su única hija, ha decidido que se va a divorciar. Según me cuenta, los jueces están ahora más solidarizados con estos temas, y generalmente le dan la razón a la mujer, aunque no se yo si será verdad. Pues me contó, que no sólo va a tener que pagarle la parte proporcional a estos tres años de forma retroactiva, sino que además, y ahí me quedé muerta, tiene que reclamarle al marido tres euros diarios por no tener relaciones sexuales con ella. Total que si multiplicamos por los tres años que lleva a pan y agua, pues resulta que no está nada mal esta paguita por no cumplir el esposo con su deber marital. Yo creo que eso es un adelanto que no se da en el derecho español. No obstante si existe yo nunca lo había escuchado.

Visita

¡Por fin vino a vernos un amigo!
El puente de diciembre vinieron a casa nuestros amigos Pachi y Bea con su hijo Pablo, de poco más de una año. Qué alegría da que vengan a verte los amigos o la familia, sobre todo a mí que estoy cada día más hurona, todo el día metida en casa.

Hicimos la visita de Tánger, un poco de shopping (aunque Bea no es muy compradora que digamos, con lo compulsa que yo soy en este tema), el te en el Café Haffa, la panorámica de la costa con las cuevas de Hércules, y como no una visita a Asilah, pueblo bonito y limpio donde los haya.

Pues creo que lo pasaron bien, aunque en el día de regreso hubo movida en el puerto, porque había una bulla de gente impresionante y casi pierden el barco.
El sábado, cuando fuimos a Asilah, dimos un paseo, fuimos a un restaurante estupendo y después fuimos de compras.

De regreso en la medina para hacer las compras, nos tropezamos con un hombre que llevaba un mono amaestrado. Bertita, que iba a hombros de su padre, se puso como loca que quería una foto con el mono. Aquí os muestro el resultado de la experiencia. La verdad es que me ha venido muy bien, porque tanto Pepe como la niña estaban dando la tabarra con que querían un mono, pero después de la experiencia creo que se han convencido de que no es la mejor idea tener un mono en un piso. Vamos, que entra una mona y esta que está aquí coge las maletas.

Pues eso, que nos encanta recibir visita, así que animaros y para el año nuevo proponeos venir a vernos, manque sea un fin de semana.

martes, 4 de diciembre de 2007

Buenas Relaciones

Últimamente estoy en magníficas relaciones con las fuerzas del orden marroquíes.

La semana pasada salíamos de Ceuta y estábamos en la cola para pasar la frontera. Había sólo una cola y yo era la segunda en pasar. En esto que me adelanta un coche por la derecha y le atiende un policía por ese lado y la deja pasar. Y pienso: mira qué listilla.
Pero es que acto seguido, el coche que iba delante de mí pasa, y justo cuando estoy metiendo primera para pasar yo, llega otro listillo y se me pone delante con toda la cara.
No os imagináis como me puse. Tocando el claxon y con medio cuerpo fuera de la ventanilla diciéndole que se había colado por toda la cara, y que si estábamos haciendo cola no era por gusto. Seguro que dije más cosas, pero no me acuerdo. Total, que el policía que allí estaba, le leyó la cartilla al tío y le obligó a retroceder marcha atrás por donde había venido. ¡Eso es justicia!

Otro affaire me ocurrió el sábado en el mercado. Aparqué el coche en la puerta, al lado de otros coches y en prohibido, pero como todo el mundo lo hace… Pues estaba terminando ya de comprar la fruta, cuando entra un hombre corriendo y diciendo cosas, y me dice el frutero: ¿tiene usted un coche verde en la puerta?. Le digo que sí y me dice, “corre que se lo lleva la grúa”. Salí pitando como alma que lleva el diablo, llena de pensamientos negros, y cuando llegué a la puerta ya estaba el coche subido en la grúa y marchándose. Sin resuello le dije al señor agente que por favor esperase, que yo no sabía que no se podía aparcar, que ahí siempre hay coches, etc. Total, que el hombre se baja, y me pide los papeles y el carné de conducir y ve que está todo en regla. Les dice a los que estaban en la grúa que bajen el vehículo, y a mí que debo pagar una multa. Y le digo: pues mire usted, no se que le voy a dar, porque me lo he gastado todo haciendo la compra.


Y ahí quedo la cosa. Me perdonó la multa y se marchó a por otro coche.
Yo aparqué bien, seguí haciendo la compra, le di diez dirhams al hombre que me avisó, y le hice una novena al policía.
(Puesto de flores en el mercado)

lunes, 26 de noviembre de 2007

Cumple de Pepe


Esta mañana he ido al mercado a comprar seres del mar para celebrar el cumpleaños de Pepe. Por la módica cantidad de 35 euros, he comprado un kilo bien despachado de percebes, un kilo de almejas de carril, medio kilo de gambas y un hígado de rape para ponerlo frito con limón ¡bocado di cardinale!. Pepe está emocionado de pensar como se va a poner esta noche.
Hemos invitado a cenar a unos amigos marroquíes, ya que aunque hicimos extensiva la invitación a algunos amigos de Sevilla, a ninguno le venía bien venir, así que lo celebraremos con los locales.


Después del mercado he ido a recoger una mesa que tenía encargada desde hace quince días. Es una mesa redonda, de forja y azulejo en blanco y azul, que ha quedado preciosa en la amplia cocina que tenemos aquí en Tanger.


Ahora vamos a ir a una pastelería fantástica que se llama la Italiana, a comprar algunos aperitivos de hojaldre (deliciosos) y una tarta, para que Pepe sople las 39 velitas esta noche.
Como era de esperar, interrumpí la escritura para atender otros menesteres y hasta ahora no he podido continuar, cuarenta y ocho horas más tarde de lo previsto.

Resumiendo: la cena salió buenísima, nuestros amigos muy contentos, Pepe contento con sus regalos (dos bolígrafos y una caña de pescar), y Pepe borracho al final de la fiesta (como también era de esperar).


Conclusión: Domingo perro donde los haya, todo el día en pijama y bata, arrastrándonos por la casa como almas en pena “con la mierda la bebía”. Vaya, que no trae cuenta. Vamos a tener que hacer como los musulmanes, no probar el alcohol, ni siquiera en los días de fiesta.

viernes, 23 de noviembre de 2007

Cementerio Español



Hemos visitado el Cementerio español de Tánger. El domingo pasado cuando íbamos al Club de Hípica, vimos que el Cementerio español estaba abierto (normalmente esta cerrado), y sin dudarlo aparcamos el coche en la puerta y entramos. En la entrada, sentados en el césped, había dos vejetes marroquíes que me imagino que son los cuidadores del mismo.

Como parte de la memoria española de Tánger, lo cierto es que es interesante visitarlo y darse una vuelta entre las tumbas, leyendo en las lápidas los nombres, las fechas, la edad, etc. La tumba más antigua que vi, databa de finales del siglo XIX, y la más reciente, del año 2005.

Las calles del cementerio, que está sobre una pequeña colina, son de tierra, no se si en algún momento hubo calles empedradas, pero desde luego no ha quedado nada. La mayoría de las tumbas están descuidadas, lápidas rotas, flores de plástico viejas, fotografías dañadas, e incluso tumbas abiertas debido a la fuerza de las raíces de los árboles, que han levantado y rajado la piedra.

La mayoría son de familias españolas, aunque también hay de otras nacionalidades, como pueden ser italianos, franceses o portugueses.

En la parte alta hay una especie de capilla muy bonita, y algunos panteones son una joya, pero todo está muy abandonado, la verdad es que la imagen es de total decadencia, y más acompañados por la luz otoñal del lubricán tangerino.
Dimos un paseo muy agradable y silencioso, lejos del ruido del tráfico que te acompaña en Tánger por donde quiera que vayas. Un auténtico remanso de paz “grasiasadios”, como decía Mama Nati (la abuela de Pepe).

Estuvimos un ratito muy corto, porque Pepe tenía el coche mal aparcado y no se fiaba, pero un día me gustaría volver con más tiempo y verlo todo, pues nos falto una parte importante del mismo por visitar. Ya os contaré más adelante si vuelvo, y descubro alguna historia interesante.

jueves, 22 de noviembre de 2007

Acertijo



Adivina adivinanza. ¿A qué se corresponde esta imagen?

¿Será esta la próxima aventura de Pepe?

Al primero que lo acierte le invitamos en Tánger a comer gambas, coquinas, cabineros y cigalas hasta decir basta.

Pues nada a comerse el coco.

RESPUESTA:

Efectivamente es una parcela del cementerio español de Tánger.

El afortunado acertante ha sido mi hermano Rafa, al que pondremos bocabajo de marisco cuando venga a visitarnos.

ACTIVIDADES EXTRAESCOLARES


Este artículo va dedicado a mi amiga Merce.
Merce estaba muy preocupada por la educación “camera” de mi hija. Que mi niña, en un colegio popular, con compañeras llamadas “Etenoa, Carmen Mari o Sariti”, estaba a un paso de convertirse en una auténtica “cani”.

Total que, aun estando de acuerdo con ella, también teníamos muy claro que Berta estaba muy bien en el colegio por la proximidad a casa, y porque no todos los niños eran terroristas horteras en potencia, sino que también había algunos niños “normales”.

Sin embargo, una de las cosas que más felices nos hacen de vivir en Tánger, es el colegio al que asiste Berta, el Ramón y Cajal, uno de los mejores colegios españoles en el extranjero, y no sólo por sus instalaciones (laboratorios, sala de ordenadores, sala de psicomotricidad, salón de actos, instalaciones deportivas, bosque privado…), sino también por la calidad de la enseñanza.

Pero a lo que voy Merce, no sólo la niña está rodeada de niños con un estatus social alto, sino que la estoy convirtiendo en una auténtica señorita. Toma nota de las actividades extraescolares que realiza: Francés, Ballet y Equitación. ¡Sólo me falta apuntarla a piano!

Así que mira como ha cambiado el panorama, y la verdad es que ella está muy contenta…espero que tú también.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

INSOMNIO

Anoche nos acostamos temprano. Lo cierto es que desde que vivimos aquí, la mayoría de los días estamos acostados antes de las diez de la noche. Eso sí, nos levantamos a las siete de la mañana, así que tan poco es que durmamos tanto.

Pues sí, estaba en lo mejor de mis sueños, cuando me despertó el ruido de tambores y trompetas. Miré el reloj con la caraja, y era la una y cuarto de la madrugada. Sobresaltada y sobre todo con curiosidad, me tiré de la cama y me asomé a la terraza a ver qué es lo que pasaba. Pues eso, ¿alguien se lo imagina?, ni más ni menos que el desfile de unos novios y de todos sus invitados. Era exactamente la parte de la boda marroquí que yo me había perdido. Ahí estaba el trono de la novia cubierto de velos blancos atado a lomos de un caballo, los familiares, la orquesta, al completo vaya. Lo que si es menester reflexionar es sobre la hora. Si era la una y cuarto, y estaban en plena procesión marital, significa que por lo menos hasta las dos de la madrugada no se sentaron a cenar. ¡Para flipar!.

Otro detalle curioso es que el desfile se estaba celebrando por el Boulevard de Bélgica, que es una de las arterias principales de la ciudad, y de hecho pasaban coches, pero por un lado claro, porque la comitiva nupcial ocupaba todo el centro de uno de los dos carriles. ¿Pedirían permiso al ayuntamiento para semejante manifestación? Me extraña.

Pues la pena es que como estaba medio dormida, y no quería despertar a Pepe, que dormía como un angelito, ajeno a la algarabía, pues no caí en coger la cámara y echar un retrato para ponerlo con el artículo, que se le va a hacer.

La faena de todo esto, es que ante semejante exhibición me quedé desvelada, y la última vez que miré el reloj antes de volverme a dormir eran las tres y media de la madrugada.
Comentario de Pepe cuando se lo cuento: “Lástima que no te de por trabajar en el ordenador cuando te desvelas, porque podrías ir sacando faena”. ¡Hay que fastidiarse!

VACACIONES

Vuelvo. Aunque me da pereza, me debo a mi público, y ya ha reclamado más de uno, así que dejo a un lado la pereza otoñal y vuelvo a la grata tarea de reflejar en este blog mis aventuras y desventuras.
Tengo excusa eh porque primero tuve las vacaciones escolares en Sevilla y el Rocío. Después volví, pasé a quí cuatro días y volví otra vez a Sevilla al médico, otros cuatro días, así que entre una cosa y otra de verdad que no he parado. Y es que, aunque tengo a Fátima, que me ayuda y es un tesoro, también tengo a Pepe, que se encarga de ponerme a trabajar en cuanto me ve parada cinco minutos.
Han pasado muchas cosas en las vacaciones, pero de las más divertidas de nuestro regreso a España, ¡Españaaa!, después de mes y medio en Tánger, fue el comentario de Bertita al llegar a Sevilla. Venía dormida en el coche y al despertarse me dice: “mamá, esto es España, España, no se ve ni una chilaba ni una babucha”.
A la vuelta no paró de llorar, diciendo que ella se quería quedar en Sevilla con los abuelos.Poco a poco ha ido pasando la nostalgia, y ya está otra vez adaptada a nuestro ritmo tangerino.
En fin, días fantásticos que quedan en nuestra memoria hasta que lleguen las próximas vacaciones y volvamos a casa como los turrones el almendro, por Navidad.

viernes, 26 de octubre de 2007

Boda Marroquí 2ª parte


Con cierto retraso, he decidido ponerme hoy a terminar de contar la celebración de la última parte de la boda marroquí. Esta tarde me voy a Sevilla de vacaciones, y seguramente tendré el blog abandonado hasta que regrese el día 7 de noviembre, así que os lo cuento ya.


La boda ha durado tres días:

- El primer día fue sólo para la familia, mataron una vaca (no sé cómo ni dónde) y estuvieron todo el día reunidos comiendo y bebiendo (te y refrescos).

- El segundo día fue el de la Henna y la procesión que me perdí y después la cena para los hombres (a Pepe le regalaron un pan que huele a queso y una cajita de dulces de almendra).

- El tercer día es para las mujeres, y es el día que se consideran ya marido y mujer cuando termina todo.


Como para cualquier boda, me arreglé el pelo, me maquillé, me perfumé y me puse por lo alto el kaftán que me habían prestado. A última hora la niña dijo que se quería venir, así que l puse un vestido rojo y dorado de mucho lujo que le habíamos traído de regalo de Marrakech hace un par de años. Ya arregladas nos fuimos en el coche a casa de la novia, y allí recogimos a la cuñada de la novia y a las hermanas de ésta y nos fuimos al lugar de la celebración.

El lugar era una casa de tres plantas preparada para celebraciones. Un primer salón con cocina, baños y guardarropa; una segunda planta con un gran salón dónde se hacía la fiesta, y un tercero que no ví y en el que me imagino que es donde arreglaban a la novia.

El sitio:

- El salón tenía en la pared del fondo una escalinata con alfombra burdeos y dos tronos dorados, y estaba flanqueado por dos filas laterales de sillas donde se sentaban las mujeres de la familia del novio.

- El resto del salón estaba rodeado entero de sofás donde se sentaban las invitadas, y también habían puesto filas de sillas en el centro de la habitación como si fuera un teatro.

- Al lado de los tronos había un grupo de cinco mujeres artistas, que cantaban y tocaban instrumentos: un teclado y panderetas, animando el cotarro.


La noche transcurre de la siguiente manera:

las invitadas según van llegando, saludan y se van sentando. Los tronos están vacíos por el momento. La música tiene unos decibelios que es casi imposible mantener una conversación, por lo que estoy calladita y muy formal mirando y tomando nota. Hay kaftanes espectaculares, y la mayoría de las mujeres llevan la cabeza descubierta, muy bien maquilladas y peinadas.

Cuando el corito termina una canción nadie aplaude, y en general hay bastante silencio y todas estmos muy formalitas sentadas, la gente no se levanta de su sitio para nada.

Al cabo de media hora de estar allí aparece por fin la novia con dos damas, vestidas de blanco y con una mesa llena de ofrendas y velas. Las velas se encienden, la novia se sienta en el trono y las mujeres entonan una canto muy triste. Al ratito cubren a la novia con un gran velo blanco con cristalitos de reflejo metalizado y se la llevan entre varias mujeres, me imagino porque ella no puede casi ni ver con lo que le han puesto por encima.

Y así, con música y alguna que otra charla pasa otra hora. Ya son las nueve de la noche y no hemos tomado ni agua, y la niña preguntando que cuando va a comer. Le digo a Bertita que se quede sentadita que voy a ir abajo a fumar, y es cuando me meto en la cocina y me dice la camarera lo de que la que fuma en Marruecos es "puta o rara". Pero, aprovechando que estoy en la cocina, le digo a la camarera que tengo una niña de seis años que está muerta de hambre y me dice que en cuanto llegue la comida me avisa, porque la cena no se servirá hasta las doce o la una de la madrugada, y claro, que como yo soy extranjera no estoy acostumbrada a eso y que ella me avisará, que suba tranquila.

Arriba ya estaba la señora que me había dejado el kaftán, y me senté con ella y con sus hijas a hablar en español ¡que alegría poder hablar en mi lengua materna!.

A las nueve y media bajamos a comer un pedazo de tajín de ternera con un trozo de pan y con un tenedor que conseguí, porque los invitados comen con los dedos. También nos dieron fanta de naranja y de postre un platito de anacardos y orejones. Bueno, ya con la barriga llena se siente una mejor, así que nos volvimas repuestas al salón donde por fin habían empezado a pasar dulces y bombones. ¡Qué distinto!, en vez de pasar aperitivos salados pasan dulces.


Por fin aparece la novia de nuevo entre cantos de las allí presentes y la hacen desfilar por el salón antes de sentarla en el trono. Lleva un vestido maravilloso en tonos naranjas, un pecherín entero de perlas y joyas y una corona con un velo. Debe pesar una tonelada, porque para caminar necesita la ayuda de dos mujeres. La novia no puede mirar de frente a nadie y no puede sonreir. Me dice mi amiga que eso es así, que ya con el siguiente vestido si se le permite, pero con este no. Las cosas...La novia se vuelve a sentar en el trono y le hacen un reportaje de fotos con la suegra siempre al lado, que no la madre. A mí no se me permite hacer fotos, la familia del novio no quiere, así que sólo pude hacer una.

Han seguido llegando invitadas y el salón está a reventar de gente. Las jóvenes se levantan de vez en cuando y bailan, en una de éstas me animo y me marco un bailecito yo también. Me imagino que por ser yo un elemento exótico en la boda, rápidamente la señora que graba en vídeo la ceremonia se acerca y me graba en plena demostración danzarina.

Pues así seguiría la cosa hasta que apareciera la novia con el tercer vestido, pero ya eran las once y media de la noche, y la niña estaba agotada, así que nos despedimos y salimos discretamente por el foro.

Me consta que la cosa duró hasta las tantas de la madrugada. Que después de quitarse el último traje, los invitados pasan a cenar, y que la novia se marcha con su familia a su casa, donde el novio la recogerá de madrugada para irse a un hotel y emprender al día siguiente su viaje de novios.

Y eso es todo amigos! volveré el siete de noviembre a retomar el blog.


jueves, 25 de octubre de 2007

Zona Azul

En Tanger también hay zona azul. No en todos lados, pero si en la mayoría de las calles del centro de la ciudad.
Esta mañana he tenido que ir a varios bancos, así que he aparcado el coche al lado del primer banco, en zona azul. Como no veía la maquinita, y sólo pensaba estar un momento, he decidido dejarlo ahí y punto.
Cuando he salido del banco, he pensado que era mejor ir a los otros bancos andando, ya que quedaban cerca, así que he dejado el coche donde estaba y me he ido a pie.
Ha pasado una hora aproximadamente, y cuando he regresado, el coche tenía un cepo en la rueda, y un papel rosa en el parabrisa con un nº de teléfono. ¡Ea, ya me han dado el día!.
He llamado y un hombre me ha preguntado la marca de mi vehículo. Se lo he dicho, y a los cinco minutos allí estaba. Pues bien, para quitarme el cepo, le he tenido que dar 35 dirhams, unos tres euros, y el hombre me ha dicho que ponga ese recibo dentro del coche de forma visible, porque eso me permite aparcar en zona azul durante veinticuatro horas. O sea, que en vez de una multa casi te hacen un regalo. ¡Que maravilla!

miércoles, 24 de octubre de 2007

Menudencias

Estoy cansada de la fiesta de ayer, y eso que no bebi ni una gota de alcohol, más que nada por que no había, que si no...
Así que voy a contar pequeñas anécdotas, y en otro momento seguiré contando la segunda parte de la boda:

- Ayer me dijo una camarera, con la que me senté a fumar un cigarro, que en Marruecos para fumar hay que esconderse (como estábamos haciendo nosotras), ya que por regla general las mujeres no fuman, y la que fuma o es puta o es rara. Me incluyo en lo de rara por lo que pueda pasar.

- Pepe le preguntó a un amigo si aqui las mujeres no salen a la calle. El amigo le respondió que la que va a trabajar tiene que salir a la calle, pero que las demás no salen. Van a casa de las vecinas y las amigas y listo. Claro, le dijo, como Berta no tiene amigas para ir a sus casas por eso no sale y se aburre. Bonito plan social me espera¡

- Hace unos días fui a una tienda de electrodomésticos a comprar una plancha para hacer la comida, y estaba marcada en 570 dirhams. Yo sólo llevaba 500 dirhams encima, y le pregunté que si me hacía el descuento. Efectivamente me llevé mi plancha y los dos quedamos contentos. Que digo yo que vaya usted al corte inglés y le diga a la dependienta que te faltan siete euros, a ver donde te manda.

- Hay un parque de atracciones en Tanger que se llama M´nar park. El sábado fuimos con Betita por la tarde, y se montó en unos pocos de cacharrios a 1 euro el paseo. A Pepe se le antojó que nos montáramos en la montaña rusa, pero a la niña no le hacía ni pizca de gracia, y amí con los chirridos que estaba escuchando tampoco, aí que se montó Pepe solo. O eso es lo que el creía, porque como en ese momento no había más clientes, los dos muchachos encargados se subieron con él cuando el coche empezó a moverse. Que digo yo que les gustará darse una vueltecita de vez en cuando y cogieron a Pepe de pardillo para darse el paseo de válvula.

Y nos se me ocurre más.

martes, 23 de octubre de 2007

Boda Marroquí 1ª parte


Tenemos un amigo tangerino, que nos invitó hace un mes a la boda de su hermana.


A Pepe y a mí nos creaba cierta expectación acudir a la misma, ya que nunca hemos asistido a una ceremonia como ésta, por lo que aceptamos encantados.


Ayer, 22 de octubre por la tarde, la niña y yo fuimos invitadas a participar del ritual de la henna.


Llegamos a las cuatro y media de la tarde a casa de la novia, y nos llevaron a un gran salón dividido en dos, donde sólo había mujeres. Las más ancianas estaban sentadas en el espacio reservado a la derecha de la novia, y a la izquierda las amigas y primas jóvenes. En el salón de enfrente, estaba el resto de mujeres, la mayoría familia y vecinas. Como es una ceremonia íntima, sólo habría unas treinta mujeres.


Por esa deferencia que tienen en este país hacia los extranjeros, tuve el honor de sentarme al lado de la novia. Estaba sentada justo en el centro del salón, vestida de novia con un vestido de raso blanco y encajes muy historiado, con un pañuelo también de raso cubriéndole el pelo, y por encima de la frente un velo de tul. El espacio del sofá donde estaba sentada, estaba también cubierto con una tela blanca muy bonita, como si fuera una sábana antigua, con lo que el efecto era de una pequeña isla blanca en el sofá decorado en tonos rojos.


La ceremonia de la henna, consiste en que una señora te pinte con este material, las manos enteras, desde la yema de los dedos hasta casi el codo, por delante y por detrás, así como los pies y las pantorrillas, haciendo una verdadera obra de filigranas, con una jeringa de punta roma.


La paciencia que hay que tener para soportar esta operación es infinita. Cuando yo llegué estaba terminando la primera mano, y cuando me marché a las seis y media de la tarde, estaba terminando el primer pie. La novia no se levanta, no bebe ni come para no tener que ir al baño, y sólo habla de vez en cuando con alguna de las mujeres. Está como una estatua.


Además de la profesional que atiende a la novia, que es una auténtica artista, hay otra mujer que se dedica a tatuar a las invitadas. Bertita quería que le hiciera una pulserita en la muñeca, y quedó encantada con el dibujo, solo que la henna pica un poco cuando te la pones, porque lleva una solución de alcohol cuando te la pones, y claro, al tener la piel tan delicada la pobre se pasó media hora soplándose la muñeca hasta que se le secó.


Yo tampoco me había pintado con henna nunca, aunque lo he visto hacer en la calle muchas veces, porque siempre me ha dado un poco de repelús el color marrón que toma la piel después de secarse la henna, pero como me habían invitado, no tuve más remedio que acceder a ponérmela. Eso sí, le dije a la señora que me hiciera un dibujo discreto de flores y sólo en la parte de arriba de la mano, no en la palma. Hace un poco de cosquillas y pica un poquito, pero la verdad es que ha quedado muy bonito el dibujo, y hoy tiene un color marrón claro discreto.


Entre tanto, de vez en cuando bailaban las chicas más jóvenes, se tocaban palmas al compás de la música de un cd, y en un momento llegó un grupo de hombres con tambores, trompetas y panderos y estuvieron animando la reunión un rato. También nos ofrecieron un te con pastas para matar el gusanillo.


Durante el rato que estuve allí, hablé con alguna de la invitadas en francés (que bien me viene ahora haber estudiado seis meses en Bruselas!) y con un par de señoras e español. Una de estas señoras, cuyo nombre no me dijo, me preguntó si para la fiesta de esta noche (hoy 23 de octubre hay una fiesta en un salón, donde la novia se viste con distintos trajes de fiesta) iba a llevar Kaftán. Le respondí que desafortunadamente no tenía ninguno, por lo que iría vestida a la occidental, y me dijo que ella me prestaba uno. Vaya, que se fue a su casa a buscarlo y ahora dentro de un rato, me lo va a traer a casa nuestro amigo, el hermano de la novia. Así que me haré un retrato para que me veais vestida de gala al estilo marroquí.


Bueno, pues como me tuve que ir,porque la niña estaba ya aburrida y cansada, me perdí el colofón de la ceremonia que fue que a la novia la sentaron en un baldaquino cubierto por velos y ataron el mismo a lomos de un caballo, mientras que el novio iba a su lado también montado a caballo. Una orquesta abría la marcha y otra lo cerraba y todos los invitados daban gritos de alegría. Yo no estuve, pero Pepe sí, porque después de la cabalgata, había una cena sólo para los hombres en la casa de la familia, y me lo ha contado. Incluso me llamó por el móvil para que oyera la algarabía que tenían formada. Lo más grande.


lunes, 22 de octubre de 2007

Un Cerrajero

Hace un rato volvíamos la niña y yo de estar en una reunión (que ya os contaré). Eran las siete de la tarde y la verdad es que estábamos cansadas, así que veníamos las dos pensando en el "hogar dulce hogar". Al llegar al portal me he encontrado con Fátima, la muchacha, que nos estaba esperando porque al salir de casa esta tarde se le había roto la cerradura, y la puerta no se podía abrir, y como no tenía mi teléfono no me podía avisar, así que ahí estaba la pobre esperándome como agua de mayo.
Después de comprobar que efectivamente estaba rota, hemos bajado a preguntarle al portero si conocía a algún cerrajero, y diligentemente nos ha acompañado a una calle cercana para ver si podíamos dar con uno que el conoce. Hemos llegado y el localito, lleno de cachivaches hasta el techo, estaba con un palo atravesado en la puerta porque el hombre estaba rezando en la mezquita de enfrente. Hemos esperado a que volviera y en la espera he hecho una inspección visual del cacharrerío allí acumulado: balanzas rotas, trozos de aspiradoras, brochas, alargaderas, trozos de tuberías, un orinal blanco de latón desconchado, llaves, latas de pintura, y un larguísimo etcétera, vaya, que no se sabe muy bien a lo que se dedica.
El hombre a vuelto y le hemos explicado el problema en español, porque lo habla, y en árabe para asegurarnos de que me había entendido bien. El señor se ha puesto ha despachar a los clientes que han ido llegando, que han sido cuatro, y mientras nosotras y el portero en la calle esperando. Yo ya le he preguntado a Fátima ¿pero este hombre va a venir o se va a quedar aqui el resto de la tarde?.Por fin, ha llegado una señora mayor que iba a hacer unas llaves, y en ese momento, el hombre le ha dicho que tenía que salir, que se quedara allí sentada que ahora volvía. La cara de la señora era un poema, pero allí se ha quedado, guardándole la tienda al hombre.
Para abreviar, que ha llegado a casa, ha quitado la cerradura con la ayuda de una linterna de bolsillo, un punzón y unas pinzas, y en un santiamén ha colocado una cerradura nueva y me ha dado tres copias de la llave.
¿Cuanto le debo? cien dirhams señora. Le he pagado al buen hombre y por fin nos hemos podido poner el pijama a las ocho de la tarde.
Y ahora digo yo:
- cerrajero de emergencia
- desplazamiento
- cerradura nueva y tres llaves
- con idiomas

Todo por la módica cantidad de 10 euros mal contados.
Así da gusto que se te rompa una puerta.

Visita Oficial


Lleva dos dos días el centro de la ciudad con una actividad fuera de lo normal.

Los operarios con chalecos fluorescentes están por todos lados: repintan de rojo y blanco los bordillos de las aceras, pintan de blanco impoluto los pasos de peatones, marcan las líneas contínuas o discontínuas de las vías de circulación, etc.

Todo esto tiene una explicación, y es que hoy o mañana, no estoy segura, viene a Tánger el recién divorciado presidente de Francia.

Toda la ciudad, y las carreteras de acceso a Táger están engalanadas con enormes banderas de los dos países para dar la bienvenida a Sarkozy, y otra cosa no, pero el despliegue decorativo les encanta a los marroquís, con lo que está la ciudad que parece una feria.

Lo que resulta incríble, es como los pobres operarios municipales se juegan la vida por tener todo listo para cuando llegue el presidente, y es que los pobres, se crean en medio de una avenida una pequeña isleta rodeada de conos rojos y ahí en medio, si más señales ni medios físicos que los protejan, se ponen a pintar. Tiene mérito, porque como ya conté, la forma de circular aquí es un poco caótica, y no se yo si al final de la jornada no acabarán tres en su casa y tres en el hospital.

Me imagino que el presidente pasará por delante de mi casa así que estaré pendiente, porque supongo que será digno de ver, teniendo en cuenta toda la parafernalia desplegada.

Os pongo foto ilustrativa de las banderas.

sábado, 20 de octubre de 2007

Placeres sencillos


Estando una tarde asomada al balcón, contemplé una imagen de lo más divertida.

Hay un colegio en la esquina, del que se ve el patio, (que es particular) y en el que los alumnos practican gimnasia o educación física (que es como quieren los profesores que se llame a la tarea de hacer ejercicio). Pues bien, en cuanto empezó la clase, un grupo de chicos jóvenes comenzó a escalar a la velocidad del rayo una torre de electricidad, con idea de ver a las niñas haciendo deporte.

Me imagino que esto se ha hecho toda la vida, pero creo que ahora en España los chicos tienen otras cosas que hacer, como jugar a la play station, y se han olvidado de los sencillos placeres que puede reportar quedar después de clase para ir a espiar como hacen gimnasia las niñas del colegio de al lado. Entre otras cosas, las niñas de hoy en España lo enseñan todo, sin dejar resquicio a la imaginación, y aquí en Tanger van de lo más recatadas. Vaya, que para ver un par de piernas, o escalas la torre eléctrica o difícil lo tienen.

viernes, 19 de octubre de 2007

Visita Real


Hace unos días el rey visitó Tanger.

Era el segundo viernes de Ramadán y su majestad venía a la capital del norte de Marruecos para honrar con su presencia la plegaria del viernes en la Mezquita principal de la ciudad.

A la hora de ir a por la niña al colegio, Pepe y yo teníamos que pasar por delante de la mezquita, ya que es de paso obligado en el recorrido hasta el mismo. Como el rey se encontraba allí, el tráfico estaba cortado, había gran despliegue de medios, y por supuesto guardias por todos lados. Obviamente no podíamos cruzar hasta el colegio mientras que no terminara la plegaria.

Sólo fueron unos momentos de espera y de repente, en el silencio más absoluto, se empezó a escuchar un rumor que anunciaba que el rey iba a salir. Efectivamente empezaron a pasar motoristas y coches blindados y en ese momento, a Pepe no se le ocurre otra cosa que levantar los brazos, empezar a tocar las palmas y gritar "viva el rey". No se como explicarlo, es el típico momento de tierra trágame. Efectivamente nadie lo siguió ni coreó sino que en un momento las mujeres que alli había empezaror a agitar su lengua en el típico grito de alegría berebere que es algo así como: biribiribiribiri...y a tocar las palmas el resto de la multitud alli congregada. En ese momento pasó el rey saludando de pie en su coche oficial rodeado de guardaespaldas corriendo a su lado y todo acabó en cuestión de segundos y pudimos continuar nuestro camino hasta el colegio.

El tráfico en Tánger

Hace unos días tuve que coger el coche por primera vez. Mi marido se marchaba de viaje y como la persona que entró el coche en Marruecos fue el, ahora teníamos que hacer la sencilla maniobra de salir del país por Ceuta para que yo introdujese el vehículo y me lo pudiera quedar en Tánger mientras que él se marchaba a España, ya que si no lo hacíamos así, se lo tenía que llevar con el y quedarme yo sin coche.La experiencia de traer el coche desde Ceuta hasta Tanger por la carretera de la costa no estuvo mal, salvo por un intento de adelantamiento fallido en el que a Pepe casi le da un infarto, pero del que pude salir indemne.
Otra cosa es el día a día en la ciudad. Reglas básicas:
- La distancia de seguridad no hay que respetarla, es más, desconocen lo que significa ese término. Aquí, cuanto más te pegues y acoses al coche de delante mejor conduces.
- El tema de la contaminación acústica lo mismo. Se recomienda tocar el claxon a todas horas, ya sea para saludar a un viandante, para mostrar impaciencia, enfado o simplemente por simpatía general en un atasco donde todos pitan y tu no vas a ser menos.
- Las señales de tráfico están en general para hacer lo contrario de lo que indican. Es decir que si pone prohibido girar a la izquierda (como en mi calle), lo habitual es mirar con disimulo por si no hay polis a la vista, y aprovechar para girar a la izquierda atravesando la avenida principal de la ciudad. Girar a la derecha es lo que está bien, pero tiene más emoción incorporarte a una avenida creando el caos y jugándote la vida.
- Las rotondas son figuras que no tienen definida un funcionamiento demasiado claro. Eso de que el que está dentro tiene prioridad ¡un mojón!. En las rotondas de Tánger tiene prioridad el que más cojones le echa. Por lo tanto, uno sabe cuando entra en la rotonda, pero nunca cuando va a salir de ella. Incluso hay gente que se queda dando vueltas y vueltas porque no tiene arrojo suficiente para salir del embolao en el que se ha metido. Aunque siempre queda la opción de cambiar de dirección y salir de allí corriendo, y si ibas a Asilah, pues cambias de idea y te vas a Tetuan, que parece que es más facilito. Un horror. Una pesadilla.
- Aparcar no es difícil. Es cierto que la doble fila no es corriente, pero claro, las calles también son más estrechas, por lo que no se propicia. Pero lo que sí existe es el gorrilla, y aunque no sea gorrilla, el primero que pasa por alli se pone a aparcar contigo y te pide luego una propinilla. Claro que no son exigentes, y lo que le des le parece bien.

Teniendo en cuenta estas normas básicas para circular como un tangerino más, lo demás es coser y cantar, y sinceramente te sube la adrenalina.Mi hermano que estuvo aquí hace unos días, cuando se subió al coche y vivió en sus carnes el asunto, sólo decía: "¡que guapo quillo, que guapo!...

Instalada en Tanger



Ya hace un mes que vivo en Tanger.Ya llevo veinticuatro días de Ramadán en lo alto, y sólo quedan cinco para que se termine ¡gracias a Dios! (o a Ala en este caso).Tenía prometido desde antes de venirme a vivir a Tánger, que iba a redactar un diario contando mis aventuras aquí, y para no defraudar a mis seguidores/as, me pongo hoy en un ataque de aburrimiento a ello. Y es que Tanger en Ramadán es aburrido. Nunca, nunca en mi vida he pasado tantas horas dentro de mi casa, ni siquiera cuando me tuve que recuperar de la cesárea de mi hija. Además eso por lo menos era distraído, a ver, no todos los días se es madre, pero esto...Encima, y para más inri, mi marido se dedica a viajar por España con grupos de extrajeros, por lo que aquí me encuentro compuesta y sin novio. De hecho mañana empieza otro viaje de diez días por Andalucía y nos deja a la niña y a mi aquí, en tierra extraña. Porque es verdad que ya lleva ocho años haciendo viajes de este tipo, claro, pero no es lo mismo quedarte sola en Sevilla que quedarte sola en Tanger, donde sólo conozco a dos o tres madres del colegio, y a un par de marroquís.Como veis el panorama no es muy halagüeño, pero como yo soy de por sí optimista y muy positiva, estoy convencida de que en cuanto pase el Ramadán voy a empezar a poder salir más a la calle (que es lo que me hace falta, mucha calle), y enseguida voy a hacer nuevas amigas.Me voy a recoger a la niña al colegio, que es la hora.Volveré