lunes, 4 de febrero de 2008

El Bosque Diplomático


Tenemos una pandilla de españoles con la que los domingos nos vamos al bosque diplomático (entre Tanger y Asilah) de barbacoa.
El plan es estupendo, porque nos reunimos unos pocos de matrimonios con niños y nos ponemos bocabajo de comer y beber. El grupo esta súper organizado, y llevan sillas y mesas, leña, parrillas, neveras, vaya, que no falta un detalle, hasta termos con café y leche para después de comer.
Los niños se pasan todo el día jugando y además casi todos son amigos del colegio, por lo que a Berta no le ha costado nada integrarse y le encanta el plan campestre.
Estamos conociendo por fin (todo llega) a gente muy interesante, y lo que es mejor, creando una pandilla para que la niña este con otros niños españoles, que a la pobre también le hacía falta.
Este domingo han asado un cordero entero, en plan Asterix y Obelix, que estaba para chuparse los dedos, auténtica ambrosía. (La foto es del momento del asado).
Lo mejor es que cuando llegue el buen tiempo, la cosa se amplia al fin de semana, y se llevan las tiendas de campaña para pasar la noche del sábado también, así que cuando vayamos a Sevilla tenemos que comprar el equipo completo para participar de las acampadas. Lo próximo será el manual de los jóvenes castores. Quien me iba a mi a decir que a la vejez me iba a gustar ir de acampada. Ver para creer.

Mi Cumpleaños


El día 1 de febrero cumplí 37 años. Gracias a todos los que se acordaron de felicitarme.
Me regalé una sesión de peluquería y un jersey negro muy fashion (palabras de mi hija). Pepe me regaló un pedazo de bolso que tengo encargado pero que todavía no ha llegado.
Como no pensaba hacer ninguna fiesta, compre un par de porciones de tarta a petición de Bertita para así soplar las velas.
El plan era salir a cenar los dos a un restaurante que tiene aquí mucha fama, El Relais de Paris, mientras Fátima se quedaba de canguro con la niña.
La sorpresa, que no me esperaba, era que Pepe había quedado por su cuenta con unos amigos de Madrid que a su vez estaban con otros tres amigos recién llegados de Madrid en el vuelo inaugural de easy jet, así que éramos una pandilla de siete para cenar. La cena no fue nada del otro mundo y fue una clavada de ochenta eurazos por pareja, así que para ser la última vez que vamos no estuvo tan mal.
Después pasamos a un anexo que es un Lounge bar, y allí se incorporaron otros tres amigos más a tomar una copa. Increíblemente el sitio es muy agradable, la música está muy bien, y la gente que lo frecuenta parece bastante normal (que ya tiene mérito en Tánger). Aquí tenía también una sorpresa preparada, y es que Miriam (la amiga de Madrid que en realidad es de León) había comprado una tarta que sacaron tres camareros con bengalas encendidas cantando el cumple feliz en árabe, inglés y español (bajo la atenta mirada de los allí reunidos)
La cuestión es que yo que me veía cumpliendo los treinta y siete sin pena ni gloria, pues al final me lo pasé bomba y conocí una gente estupenda, así que tendré un buen recuerdo de este día. Muchas gracias a todos por hacerme pasar un cumpleaños feliz.