miércoles, 21 de noviembre de 2007

INSOMNIO

Anoche nos acostamos temprano. Lo cierto es que desde que vivimos aquí, la mayoría de los días estamos acostados antes de las diez de la noche. Eso sí, nos levantamos a las siete de la mañana, así que tan poco es que durmamos tanto.

Pues sí, estaba en lo mejor de mis sueños, cuando me despertó el ruido de tambores y trompetas. Miré el reloj con la caraja, y era la una y cuarto de la madrugada. Sobresaltada y sobre todo con curiosidad, me tiré de la cama y me asomé a la terraza a ver qué es lo que pasaba. Pues eso, ¿alguien se lo imagina?, ni más ni menos que el desfile de unos novios y de todos sus invitados. Era exactamente la parte de la boda marroquí que yo me había perdido. Ahí estaba el trono de la novia cubierto de velos blancos atado a lomos de un caballo, los familiares, la orquesta, al completo vaya. Lo que si es menester reflexionar es sobre la hora. Si era la una y cuarto, y estaban en plena procesión marital, significa que por lo menos hasta las dos de la madrugada no se sentaron a cenar. ¡Para flipar!.

Otro detalle curioso es que el desfile se estaba celebrando por el Boulevard de Bélgica, que es una de las arterias principales de la ciudad, y de hecho pasaban coches, pero por un lado claro, porque la comitiva nupcial ocupaba todo el centro de uno de los dos carriles. ¿Pedirían permiso al ayuntamiento para semejante manifestación? Me extraña.

Pues la pena es que como estaba medio dormida, y no quería despertar a Pepe, que dormía como un angelito, ajeno a la algarabía, pues no caí en coger la cámara y echar un retrato para ponerlo con el artículo, que se le va a hacer.

La faena de todo esto, es que ante semejante exhibición me quedé desvelada, y la última vez que miré el reloj antes de volverme a dormir eran las tres y media de la madrugada.
Comentario de Pepe cuando se lo cuento: “Lástima que no te de por trabajar en el ordenador cuando te desvelas, porque podrías ir sacando faena”. ¡Hay que fastidiarse!

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