viernes, 19 de octubre de 2007

El tráfico en Tánger

Hace unos días tuve que coger el coche por primera vez. Mi marido se marchaba de viaje y como la persona que entró el coche en Marruecos fue el, ahora teníamos que hacer la sencilla maniobra de salir del país por Ceuta para que yo introdujese el vehículo y me lo pudiera quedar en Tánger mientras que él se marchaba a España, ya que si no lo hacíamos así, se lo tenía que llevar con el y quedarme yo sin coche.La experiencia de traer el coche desde Ceuta hasta Tanger por la carretera de la costa no estuvo mal, salvo por un intento de adelantamiento fallido en el que a Pepe casi le da un infarto, pero del que pude salir indemne.
Otra cosa es el día a día en la ciudad. Reglas básicas:
- La distancia de seguridad no hay que respetarla, es más, desconocen lo que significa ese término. Aquí, cuanto más te pegues y acoses al coche de delante mejor conduces.
- El tema de la contaminación acústica lo mismo. Se recomienda tocar el claxon a todas horas, ya sea para saludar a un viandante, para mostrar impaciencia, enfado o simplemente por simpatía general en un atasco donde todos pitan y tu no vas a ser menos.
- Las señales de tráfico están en general para hacer lo contrario de lo que indican. Es decir que si pone prohibido girar a la izquierda (como en mi calle), lo habitual es mirar con disimulo por si no hay polis a la vista, y aprovechar para girar a la izquierda atravesando la avenida principal de la ciudad. Girar a la derecha es lo que está bien, pero tiene más emoción incorporarte a una avenida creando el caos y jugándote la vida.
- Las rotondas son figuras que no tienen definida un funcionamiento demasiado claro. Eso de que el que está dentro tiene prioridad ¡un mojón!. En las rotondas de Tánger tiene prioridad el que más cojones le echa. Por lo tanto, uno sabe cuando entra en la rotonda, pero nunca cuando va a salir de ella. Incluso hay gente que se queda dando vueltas y vueltas porque no tiene arrojo suficiente para salir del embolao en el que se ha metido. Aunque siempre queda la opción de cambiar de dirección y salir de allí corriendo, y si ibas a Asilah, pues cambias de idea y te vas a Tetuan, que parece que es más facilito. Un horror. Una pesadilla.
- Aparcar no es difícil. Es cierto que la doble fila no es corriente, pero claro, las calles también son más estrechas, por lo que no se propicia. Pero lo que sí existe es el gorrilla, y aunque no sea gorrilla, el primero que pasa por alli se pone a aparcar contigo y te pide luego una propinilla. Claro que no son exigentes, y lo que le des le parece bien.

Teniendo en cuenta estas normas básicas para circular como un tangerino más, lo demás es coser y cantar, y sinceramente te sube la adrenalina.Mi hermano que estuvo aquí hace unos días, cuando se subió al coche y vivió en sus carnes el asunto, sólo decía: "¡que guapo quillo, que guapo!...

3 comentarios:

Lucía Reyes dijo...

¡Qué valiente eres prima! Debe de ser todo un reto conducir por aquellas tierras. ¿Sigues teniendo tu coche verde? Si voy a veros probaré alguna rotonda de esas a ver qué tal se me dan jjaja besos

Anónimo dijo...

Berta, me has hecho llorar de risa imaginándome a Rafa en la rotonda, sorteando coches como si estuviera en una pista de cochecitos locos de la Calle el Infierno, ¡y aún con humor para comentar "¡qué guapo, quillo, que guapo!". ¡Que bueno ha estado esooooo! Me rei con ganas, de verdad.
¡Sigue escribiendo, que lo disfrutamos! Besitos.

Anónimo dijo...

La verdad es que era la caña conducir en marruecos, me lo pasé de lujo. Mucho más divertido que los cochecitos de la feria.
Muy entretenido el blog hermana, seguiré leyendo.
Saludos para toda la familia, la marroquí y la que visita el blog.
Rafa